Una sustancia corrosiva es aquella que puede causar daños
en el tejido de un organismo vivo, por ende, es clasificada como una sustancia
química peligrosa y para manejarla, trasladarla y almacenarla es necesario
seguir ciertas normas al pie de la letra. Esas normas son:
• Mantenga
en recipientes adecuados como porcelana, vidrio o loza vidriada (excepto ácido
fluorhídrico). También puede usar recipientes de plástico como cloruro de
polivinilo y polietileno.
• Mantenga
los recipientes bien cerrados en un lugar bien ventilado. Asegúrese de que los
recipientes no estén más de 95% llenos.
• No
deje nunca recipientes abiertos en el lugar de trabajo, ya que al penetrar
otras sustancias pueden ocasionar reacciones violentas e inesperadas. Los
vapores son altamente corrosivos y más pesados que el aire. Cables eléctricos e
instalaciones eléctricas pueden ser afectadas por la corrosión.
• Utilice
los aparatos resistentes a los ácidos. Tome en cuenta que no todos los
plásticos son resistentes a los ácidos.
• Antes
de reparar recipientes, conductos y dispositivos de transporte, deben estar
vacíos y limpios.
• Evite
durante el llenado y trasiego evaporaciones y derrames innecesarios. Mantenga
una distancia mínima con el recipiente a llenar. No aspire nunca la pipeta con
la boca.
• Los
ácidos concentrados pueden liberar mucho calor cuando se diluyen. Por lo tanto,
agregue el ácido concentrado siempre en pequeñas cantidades al líquido
diluyente y nunca al contrario. Realice esto con una buena agitación de la
mezcla.
• Para
evitar reacciones térmicas indeseables al mezclar estas sustancias observe
cuidadosamente la dosis y el orden de sucesión de las sustancias al mezclar.
Equivocaciones pueden ser peligrosas.
• Los
ácidos pueden desprender vapores tóxicos al entrar en contacto con otras
sustancias o liberar hidrógeno (peligro de explosión) en contacto con metales
ligeros.
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